Tres puntos para pensar la cuarentena en Italia desde una perspectiva de género:la violencia doméstica, el impacto en la vida laboral de las mujeres -y sus consecuencias-, y la no marcha del 8 de marzo.
Por Josefina Torino
R eflexionar sobre el impacto de la cuarentena en un contexto como la Milán aislada por el coronavirus, nos hace pensar en las palabras siempre vigentes de una de las precursoras del feminismo occidental, Simone de Beauvoir.
“No olviden nunca que bastará con una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres se cuestionen. Estos derechos nunca son adquiridos. Es necesario permanecer alerta durante toda vuestra vida”.
La que atraviesa el planeta en este momento es una crisis sanitaria sin precedentes, pero una crisis al fin, que hace que los derechos adquiridos de las mujeres se vean en riesgo y que se profundicen situaciones de violencia diarias en un contexto de cuarentena obligatoria. Lamentablemente las cifras, datos y relatos que llegan desde China, ponen en alerta al feminismo en Italia donde el 4 de abril se cumplirá un mes de cuarentena obligatoria.
1. Violencia doméstica y cuarentena
CHINA
“El 11 de febrero Xiao Li recibió un llamado preocupante de un joven de 12 años pidiendo ayuda. El joven caminaba por las calles desiertas de su cuidad natal en la provincia de Henan con su madre y su hermana de 7 años de edad. Su padre había abusado físicamente de su madre y luego los había echado de casa en un momento en el que muchas ciudades, como la suya, estaban en lockdown total en el intento de contener los contagios de Covid-19”. La crónica pertenece a la revista digital Sixth Tone de Shanghai.
Xiao Li brindó este relato al medio digital para alertar sobre el calvario familiar que estaba viviendo su familia, ya que la mujer abusada de apellido Wang es una familiar suya. Wang estaba dispuesta a caminar 50 kilómetros junto a sus hijos para alcanzar a Xiao Li y buscar refugio en su casa. Xiao Li logró recibir un permiso especial de la policía para ir a buscarlos con su auto. Los encontró en un estado desastroso, manifestando que no habían comido en días. “Estábamos super preocupados por lo fácil que era para el abusador golpearla durante la cuarentena” dijo Xiao. “No había restaurantes abiertos, ni transporte público funcionando, estaban muertos de hambre”.
La policía del distrito de Jianli, que está administrado por Jingzhou, recibió 162 reportes de violencia doméstica en febrero, tres veces mas que los 47 reportes recibidos en el mismo mes el año anterior. En enero los casos también han sido el doble en comparación al año anterior.
“La epidemia ha tenido un impacto enorme en la violencia doméstica” dice Wan, un policía retirado del distrito de Jingzhou que dirige una ONG que defiende los derechos de las mujeres que sufren violencia doméstica. “De acuerdo a nuestras estadísticas, el 90% de las causas de la violencia están relacionadas a la epidema de Coronavirus”.
ITALIA
Gritos, golpes y amenazas. Ella escapa, trata de cubrirse el rostro en varias ocasiones. Él se acerca a ella con un martillo de madera. El primer golpe que le propina con el martillo, le rompe la ceja. La sangre no la deja ver e intenta defenderse cubriéndose la cabeza con los brazos. Los repetitivos martillazos le parten el brazo en varias secciones.
Los vecinos llamaron a la policía que intervino llevándose al agresor de 58 años al arresto domiciliario en la casa de un pariente, ella fue asistida por los servicios sanitarios y llevada de vuelta a su casa, ya libre de la presencia del agresor diez años mayor que ella. Dicen que podrá recuperarse completamente en 45 días. El hecho ocurrió en Pádova, el 24 de marzo y lo reporta el diario Il Messaggero.
El portal fanpage.it asegura que el domingo 22 de marzo una mujer fue acuchillada y decapitada en Roma por su hijo de veinte años y en Brindisi una mujer fue apuñalada por su hijo de 23 años.
El lunes 23 de marzo, el portal Milano Today publicó la crónica de un intento de femicidio en Milán donde una discusión entre una pareja de ciudadanos de origen dominicano, terminó con ambos en un charco de sangre ya que el agresor intentó acuchillar a la altura de la garganta a la mujer de 43 años. Luego intentó quitarse la vida.
Intervinieron las autoridades, ya que los vecinos realizaron llamados a los números de emergencia. Cuando fueron transladados al hospital de Niguarda, se comprobó que el hombre sufría de neumonía y se le realizaron los hisopados para determinar el posible caso positivo a Covid-19.
Ante un caso de violencia doméstica nos enfrentamos a la más dura realidad biológica: ante una agresión violenta, domina quien tiene más fuerza. Una mujer puede intentar defenderse, herir y hasta lograr asesinar como respuesta a la agresión. Pero a diferencia de un hombre, biológicamente posee menos fuerza y por lo general menos masa corpórea. Y probablemente quien muera en el enfrentamiento sea la mujer.
Los factores que conspiran a favor de la violencia en el caso de la cuarentena, son también económicos, ya que la incertidumbre sobre el porvenir de millones de familias en Italia produce un ambiente hostil para adultos y menores de edad.
El nerviosismo, la depresión y la falta de proyección hacia un posible fin al confinamiento son elementos que disparan situaciones de violencia doméstica ya preocupantes antes de la emergencia sanitaria, ya que en Italia, el 80% de los femicidios se producen en el hogar.
Lo que más preocupa al sector que se ocupa de violencia de género es la imposibilidad de manejar cifras certeras que permitan evaluar el impacto social de la cuarentena hasta el momento. Las cifras se obtendrán cuando la cuarentena termine. Y lo más desesperante, es que resulta imposible cuantificar los casos de violencia, ya que las cifras se obtienen gracias a los llamados que se reciben a la línea 1522, el número nacional antiviolencia y antistalking italiano.
Las denuncias han disminuido en un 40%, desde que inició la cuarentena obligatoria. Lo asegura Maria Letizia Mannella, fiscal encargada del pool de los sectores más vulnerables de la población. No porque los casos de violencia hayan disminuido, sino porque el aislamiento conspira contra la posibilidad de hacer denuncias.
“Es temprano para tener cifras certeras, pero podemos decir que la convivencia forzada con parejas, maridos e hijos, en este período hace que las mujeres no se animen a llamar a los números antiviolencia o no se presenten a denunciar personalmente a la policía”, dice la fiscal.
El rol de las casas que ofrecen refugio a las víctimas de violencia es fundamental para paliar la crisis. Pero la burocracia que genera el cumplimiento del decreto hace que los tiempos se extiendan, y las mujeres que necesitan escapar de sus hogares junto a sus hijos e hijas durante la cuarentena, no puedan acceder fácilmente a las estructruas. Lo explica Lella Palladino, de la Cooperativa Eva, que lleva adelante tres casas refugio y cinco centros antiviolencia en la región de Campania.
Dijo a Il Corriere:“Hubo una mujer, en estos últimos días, que no hemos podido acojer. En un contexto normal ella y sus dos hijos habrían entrado en una de nuestras casas refugio. Pero no tenemos la posibilidad de hacer los hisopados, entonces tenemos que elegir que hacer. Nosotras no dejamos a nadie atrás, y finalmente, luego de infinitos llamados telefónicos logramos que le dé hospitalidad un familiar suyo. Pero no es y no puede ser una solución estable. Este es un pequeño ejemplo de las problemáticas con las que nos encontramos en este momento”.
Es que los centros antiviolencia siguen abiertos y activos, pero han reducido su personal al mínimo. Ofrecen un servicio diario y visitan a las mujeres en las casas refugio, pero lo hacen en el mejor de los casos, con barbijos y guantes y respetando las distancias de seguridad. Este tipo de trabajo conlleva una proximidad necesaria para poder contener, escuchar y apoyar. En estas nuevas condiciones sanitarias, ese tipo de ayuda queda relegada a un segundo plano.
MILÁN
Los movimientos feministas como Non Una di Meno Milano, se están organizando bajo la consigna “non sei sola” (no estás sola) con el hashtag #nonseisola. El número nacional italiano antiviolencia y contra el stalking, ofrece un servicio de chat online para favorecer la discreción de una posible denuncia.
Hace algunos días, una iniciativa circuló por redes sociales en Italia: hacer un flashmob musical a las seis de la tarde. La consigna era salir al propio balcón para hacer o escuchar música. Lamentablemente, circula en grupos de Whatsapp un video filmado por un vecino, de una mujer tocando la flauta en su balcón que recibe golpes e insultos por parte de un hombre que sale repentinamente al balcón para hacerla callar. Ella intenta defenderse. Interviene un joven que sale al balcón y los separa. La presencia de ese chico nos hace pensar en la otra cara de la situación: la violencia hacia menores de edad en casa. El video circulaba supuestamente para hacer reir a los usuarios con la situación. Fue la punta del iceberg.
La psicóloga italiana Stefania Rossetti, experta en violencia de género dice: “Debemos contener a las mujeres asegurándoles que la red antiviolencia seguirá activa, que podrán hacer consultas, recibir apoyo y protección. Resulta fundamental responsabilizar a la población y pedirles a familiares y vecinxs que redoblen la atención para detectar posibles casos de violencia y comunicarlos cuanto antes a la policía”.
¿Cómo garantizamos la integridad física y mental de las mujeres durante la cuarentena? ¿Estamos dispuestos todos y todas como ciudadanos responsables a redoblar la atención y denunciar en caso de posible violencia? ¿Nos gana el miedo, la impotencia, el egoísmo? ¿Y los niños y niñas encerrados con sus abusadores en casa?
2. El impacto en la vida laboral de las mujeres durante y después de la cuarentena
Las redes sociales resultan de vital utilidad para realizar un relato de las vivencias de las mujeres en el contexto de la cuarentena. En Facebook, se ha lanzado la campaña Tutte a casa-Donne, lavoro, relazioni ai tempi del Covid-19. (Todas a casa-Mujeres, trabajo, relaciones en los tiempos del Covid-19).
La propuesta es simple. Realizar un video de cinco minutos con una breve presentación y una descripción del propio día a día. La idea es armar un collage visual colectivo para no olvidar los propios proyectos, sueños, ideas y estrategias de supervivencia en este nuevo paradigma. La red puede ayudar a vislumbrar un camino.
Muchas mujeres se verán desempleadas cuando esta cuarentena termine. En el caso de las madres trabajadoras, el inicio de la cuarentena obligatoria representó el primer impedimento para continuar la propia actividad productiva, ya que en muchos casos, resulta imposible realizarla desde el hogar y con niños presentes todo el día.
Muchas mujeres se vieron de un día a otro confinadas al cuidado exclusivo de ancianos o enfermos en el contexto de la emergencia sanitaria. En parte, gracias al rol históricamente asignado al género. Rol al que se suma una carga mental y material de trabajo doméstico no reconocido ni remunerado que entorpece cualquier tipo de productividad, para las mujeres que tienen familia.
En el caso de las familias con hijos con discapacidades leves y graves, la situación es dramática. L´Espresso ha entrevistado a diversas familias “caregiver”(dadoras de cuidado) y el testimonio de Sara Bonanno, madre de Simone, un adulto con gravísimas discapacidades es escalofriante. Ella es la única caregiver en el hogar y sirve de ejemplo para entender el drama que se vive en estos días con el personal sanitario reducido al mínimo.
“Mi miedo es que si uno de los operadores sanitarios que me ayudan, se enferma y no viene, yo no puedo seguir adelante: empiezo a no darme cuenta que fármacos le dí a mi hijo, me olvido de prender el respirador. Quedarme sola es empezar a matar a mi hijo. Nadie puede trabajar 36 horas seguidas (…) No hay suficientes enfermeros o no vienen por miedo a enfermarse. Si el estado no quiere ocuparse de nosotros, que lo diga. Que nos den la sedación profunda, a mí y a mi hijo, que lo hagan de una vez, moriremos de manera digna y sin sufrir tanto como estamos sufriendo en este momento”.
Estas palabras sirven para entender el calvario que sufren muchas madres en condiciones de vida precarias que reclaman presencia y respuestas a un estado que no está pudiendo hacer frente a la crisis sanitaria más grande de su historia.
Las mujeres no pueden criar solas a sus hijos, los y las niñas necesitan de la comunidad, la red, la empatía del colectivo. En el caso de hijos e hijas discapacitadas el problema se hace enorme y desesperante. Si ni siquiera puede garantizarse el cuidado mínimo y básico de niños y enfermos ¿Cómo pueden las mujeres volver a formar parte de la fuerza productiva? ¿De qué manera esta repercutiendo el aislamiento en la psiquis de los más pequeños?
Cuando el aislamiento termine, ¿Quién se ocupará de ofrecer asistencia a toda una generación de niños y niñas que probablemente necesitarán adaptarse a una nueva realidad y comprender los daños producidos por el aislamiento? Los padres y las madres volverán al trabajo para atajar una crisis enorme que pone en juego el futuro de todos. Resultará fundamental apoyar a los más pequeños con presencia del estado para evitar que las madres renuncien a volver a trabajar, para asistir a sus hijos en la etapa pos-pandemia.
3. La no marcha del 8 de marzo
Non una di Meno Milano, en el contexto de la cuarentena italiana decidió salir en horas nocturnas del 7 de marzo a realizar intervenciones urbanas en puntos neurálgicos de la ciudad para visibilizar los reclamos principales del colectivo.
Por primera vez desde 1922 la marcha transfeminista del 8 de marzo no se realizó. Un shock para la militancia activa. Se pospuso también la huelga convocada para el 9 de marzo, donde mujeres alrededor del mundo se proponían no realizar sus actividades laborales fuera y dentro de casa para evidenciar la fuerza de trabajo que representan para el sistema, y por ende reclamar por los derechos e igualdades a conseguir.
La movilización es un ejercicio de presente. Bajar a la calle, salir de casa, alzar la propia voz, sumarse al colectivo en tiempo real. No poder poner los cuerpos en presente y militar desde detrás de un teclado es la única opción en este momento. Militar desde una trinchera ideológica 2.0.
Pienso en las gacetillas feministas que se distribuían a la salida de las fábricas a inicio del 900. Un documento secreto que se distribuía en clandestinidad. Ese es el mayor riesgo que enfrenta en este momento el feminismo. Volver a la clandestinidad, pasar a un segundo plano, bajar la guardia ante el shock de un aparente nuevo orden mundial.
Como advirtió Naomi Klein en 2007 con su libro La Doctrina del Shock, solo a través del miedo y el shock se consigue callar a una multitud enfurecida por carecer de derechos y estar plagada de deberes. Solo a través del miedo y el shock es posible conseguir una sociedad tabula rasa a partir de la cual construir un sistema capitalista agresivo en el que el dinero lo es todo. En este caso el shock es el miedo a la muerte. A la epidemia.
Que no nos paralice. Que nos lleve a seguir indagando, en alerta y vigilando nuestros derechos, no dando pasos atrás, armando red, que este tiempo sirva para reflexionar sobre donde queremos apuntar nuestras próximas estrategias individuales y colectivas en pos de los derechos de las mujeres.
Un aparte importante, se lo lleva la situación que atraviesa el limitado acceso a la salud sexual y reproductiva de las mujeres. El aborto es legal en Italia desde 1978. Siete de cada diez médicos son objetores de conciencia. Y por lo tanto, realizarse un aborto en Italia siempre ha sido complicado. Este problema se está profundizando ya que algunos hospitales están limitando el acceso al servicio a causa de la emergencia sanitaria que atraviesa el país, a lo cual la plataforma “Obiezone Respinta” ha respondido con la apertura de un canal de Telegram para orientar e informar a quien desea abortar.
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Si leés esta nota desde Argentina, sabé que el Ministerio de las mujeres, géneros y diversidad está tomando medidas dinámicas dada la nueva situación de aislamiento que atraviesa el país.
Pone a disposición la línea 144, y una app que podés descargar en tu celular. Habilita líneas de contacto a través del Whatsapp para aquellas personas que no puedan llamar por teléfono: (+54) 1127716463 / 1127759047 / 1127759048.
Y un mail de contacto: linea144@mingeneros.gob.ar.
Si nos leés desde España podes llamar al 016 y en Italia al 1522.
Si sabés de alguien que esté sufiendo violencia o esuchás posibles casos de violencia de género entre tus vecinos, pensá que esa mujer no puede salir de casa, pero si puede escapar a la violencia. Denunciá. Estamos a tiempo de evitar una masacre silenciosa.