Quizás el Naviglio menos conocido de la Lombardía, el Bereguardo es un verdadero tesoro natural ideal para recorrerlo en bicicleta. Borgos medievales, iglesias antiguas, plantaciones de todo tipo y agua fresca: la escapada perfecta muy cerca de Milán.
El Naviglio Bereguardo nace en las afueras de Abbiategrasso, en la pequeña localidad de Castelletto y llega hasta la ciudad de Bereguarda del cual toma su nombre. La obra de canalización para el riego de los territorios lombardos fue iniciada por grandes ordenes religiosas medievales (Benedettini, Cistercensi y Umiliati), continuada después por los ducados de los Visconti y los Sforza y mantenida y perfeccionada durante las invasiones de los españoles y los austríacos. La red hídrica de los Navigli asumieron un rol elemental para la vida de sus pobladores pero también se han convertido en un elemento insustituible del paisaje histórico, ambiental y productivo de la Región Lombardía.
La importancia del Naviglio Bereguardo se debió al transporte de vinos de la zona de Pavía, de leña de los bosques del Ticino pero sobretodo al transporte de sal proveniente de Venecia. Los trabajos para terminar este canal terminaron en 1420 con el Duque Filippo Maria Visconti y en el 1438 se iniciaron arreglos para volverlo navegable. Fue Francesco Sforza quien continuó la política hídrica de sus predecesores y completó en 1470 toda la red del Naviglio.
A partir del 1500 el Naviglio Bereguardo era en pleno funcionamiento, y comienza a perder importancia a inicios del 1800 con la apertura del Naviglio Pavese, pero conserva -incluso hoy- su rol secular de irrigación para una amplia porción del territorio sobre la margen izquierda del Río Ticino. Este canal, constituía además una red de comunicación directa entre los castillos ducales de Abbiategrasso y Bereguardo, que a su vez se une con el Naviglio Grande comunicándose con Milán.
El canal inicia en Castelletto y termina en Bereguardo, tiene un total de 18.8 km., mide unos 10 metros de ancho en promedio y una caída total de casi 25 metros, subdividida en once cuencas. Tiene cinco puentes que permiten sobrepasar el canal y 23 bocas de erogación de agua al servicio de la irrigación. Todo este sistema fue estudiado por Leonardo Da Vinci, durante los años que vivió en el ducado de Milán, trabajando al servicio de los Sforza.
Te propongo 3 itinerarios para recorrerlo, que si se los une en un sólo viaje comprende el total del canal partiendo desde Abbiategrasso. Se puede alcanzar esta ciudad desde Milán en tren cargando las bicicletas por un costo extra de 3 euros. Para este verano 2020 los servicios ferroviarios para el transporte de bicicleta no están todos habilitados, por lo que es conveniente informarse si es posible utilizar esa línea. Si se tiene un buen estado físico, se puede realizar también el tramo que une Milán con Abbiategrasso a través del Naviglio Grande, que suman 20 km. más.
1. De Abbiategrasso a Morimondo
Está marcado en el PlayList Maps con el color amarillo. Si llegamos hasta la ciudad de Castelletto, podremos ver la unión del Naviglio Grande y el Naviglio Bereguardo, este último es el que corre hacia la izquierda y es allá donde debemos ir. Allí se puede tomar con facilidad la ciclovía y comenzar a recorrerla siguiendo el canal y los sembradíos.
Pintadas sobre la ciclovía nos indicarán los kilómetros recorridos. Si bien no es posible bañarse en el Naviglio Bereguardo, hay algunos decks sobre el canal que nos permiten hacer una pausa y refrescarnos un poco. También hay algunas sombras con mesas para resguardarse un poco del sol y recargar energía. Cuando hayamos recorrido unos 5 km. encontraremos un cruce con este cartel, que nos indica el camino rural hacia la ciudad de Morimondo.
El Comune de Morimondo forma parte del recorrido E1, el sendero europeo que une el norte de Noruega con Passero en Sicilia. En esta parte del camino, los senderos se entrecruzan por la campiña cultivada de la zona, llevando a los curiosos visitantes por las diferentes cascinas presentes en el territorio. Morimondo es conocido por tener una abadía medieval, fundada por monjes que llegaron de Francia a este lugar a partir del año 1134. La iglesia, un ejemplo de típica arquitectura cistercense orientada hacia el Gótico, fue iniciada en el 1182 y terminada en el 1296. Cuenta en su interior, con frescos de Bernardino Luini, un crucifijo del año 1400 y un importante trabajo en mosaicos ubicados en la fachada de la iglesia.
Se pueden hacer visitas guiadas al museo de la abadía, con un costo de 8 euros, mientras que los domingos a la tarde, la visita es gratuita. Se deben hacer reservas previas. En el mes de mayo, se puede asistir en Morimondo a la fiesta Trecentesca, una manifestación de evocación medieval ambientada en la época viscontea y ligada a la batalla de Casorate. Durante todo un fin de semana, personas con vestidos de época, recrean uno de los momentos más importantes de la historia local, el encuentro entre el ejército milanés, comandado por Londrisio Visconti y el ejército filo imperial. En las campiñas cercanas a Morimondo se construye el campamento medieval.
En materia gastronómica hay varias opciones, tener en cuenta que el día martes la mayoría de ellas se encuentran cerradas.
2. De Morimondo a Besate
Partiendo de Morimondo, se puede realizar otro itinerario – marcado en naranja en el PlayList Maps-: el sendero de las 5 iglesias. Si bien este sendero no cuenta con una ciclovía, el camino rural a través de las plantaciones y algunas partes por carretera, se pueden realizar muy fácilmente con las bicicletas. Se parte de la Abadía de Morimondo, la cual es la primer iglesia. La segunda iglesia es la de Coronate, la cual en estos momentos está en refacciones:
Siguiendo por los caminos rurales se puede llegar a la tercer iglesia, la pequeña capilla de la cascina Basiano. El paisaje agrario nos hace llegar hasta la carretera, específicamente la Estatal 526. Luego de unos 50 metros, se llega a Fallavechia, una fracción de Morimondo, donde encontramos la cuarta iglesia. La última etapa de este itinerario es Besate, donde se encuentra la iglesia de San Michele.
3. De Besate a Bereguardo
Saliendo de Besate se pueden tomar dos caminos: volver hacia el Naviglio y seguir la ciclovía hasta el cruce con Motta Visconti, en la calle indicada como SP33, o bien, tomar la carretera y llegar hasta Motta Visconti por la SSS26. Este pequeño pueblo de orígenes celtas fue un borgo abandonado por muchísimos años, vuelto a la vida por los Visconti. El mejor mes para conocer este pueblo es junio, cuando se dan los festejos patronales y se realizan todo tipo de festejos y una tradición muy particular: En la noche de la víspera de San Juan Bautista, el 23 de junio, los vecinos toman un vaso de vidrio, lo llenan con agua hasta el borde, agregan una clara de huevo de un huevo y lo colocan en el jardín de la casa. Como es un lugar muy húmedo y hay mucho rocío, a la mañana siguiente (24 de junio) se notará que la yema del huevo ha tomado la forma de un bote, que se dice que es el de San Giovanni Battista.
Dejando atrás el poblado, se retoma el Naviglio, y se puede llegar en menos de 5 kilómetros hasta la ciudad de Bereguardo. Esta ciudad forma parte del Parque natural lombardo del Valle del Ticino. La ciudad se desarrolló en torno al Castillo levantado por los Visconti, a fines del 1300. De esa época es también el puente sostenido por barcazas (perteneciente a la carretera provincial 185), que aún se mantiene y que conecta la ciudad de Bereguardo con la aldea vecina de Boscaccio, que pertenece a la ciudad de Zerbolò, el último punto de nuestro itinerario.
Datos útiles
Distancia: 38,89 km
Dificultad: fácil
Diferencia de altitud: 50 metros.