Bajo el cielo de un verano italiano: el turismo durante la pandemia

Después de dos meses de cuarentena y dos semanas de apertura, Italia espera la llegada de junio para definir cómo será la próxima temporada de verano, unas vacaciones estivas que estarán marcadas por la convivencia con el Covid-19, la epidemia que ha decretado la crisis sanitaria y económica más importante de los últimos tiempos.

Durante los meses de marzo y abril, 2 de cada 3 vuelos con destino o partida de Italia fueron cancelados y al día de hoy, sólo el 5 por ciento de los hoteles se encuentran operativos. La caída de las reservas para el verano fue total y pese a que centros dedicados al arte, museos y sitios arqueológicos obtuvieron el visto bueno del gobierno para la apertura, la mayoría de ellos están esperando la Fase 3, mientras adecuan sus instalaciones y se ponen a punto con las medidas de seguridad, distancia social e higiene.

El 3 de junio será la fecha elegida para la apertura de las fronteras aéreas y terrestres, siempre y cuando los niveles de contagios sigan estando bajos. Italia busca ponerse en la delantera del turismo europeo, abriendo sus confines a los turistas internacionales y dejando sin efecto la disposición de realizar una cuarentena de 2 semanas para todo aquel que llegue del exterior. La posibilidad de movilizarse entre regiones será también la clave que permitirá el turismo interno, la gran esperanza del sector para este 2020.

Según algunas previsiones, el 92% del turismo internacional no vendrá este año, siendo ese 8 por ciento, el turismo que visitó la península durante los meses de enero y febrero. De acuerdo a los números presentados por el Istat, el Instituto de Estadísticas italiano, en 2018 Italia tuvo:

 

• 300 millones de presencias de italianos en el extranjero
• 215 millones de presencias de italianos en Italia
• 429 millones de presencias de extranjeros en Italia

En total, 60 millones de turistas visitaron Italia el año pasado, casi un turista extranjero por habitante (Italia tiene 60,4 millones de habitantes). Con estos números, el gobierno busca compensar completamente la falta de turistas extranjeros con el turismo doméstico, teniendo en cuenta de todas maneras, que el gasto será menor debido a la gran crisis económica en curso. El año pasado, el turismo extranjero dejó en el país 100 mil millones de euros.

 

 

¿De dónde vienen los turistas que llegan a Italia? Principalmente de Alemania, Estados Unidos, China, Reino Unido, Austria y Suiza, y las ciudades más visitadas son Roma a la cabeza, Venecia, Milán (con un gran porcentaje de viajes de negocios) y Nápoles. Durante julio y agosto, los meses de verano de temporada alta, el turismo extranjero representa el 50 por ciento de los turistas y los viajes incluyen, destinos de playas. A tan sólo un mes del inicio del verano, la reservas son prácticamente nulas.

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Los desafíos del turismo italiano

La península se enfrenta a dos desafíos para lograr que la industria turística logre superar por lo menos en parte, la crisis del Coronavirus y sus consecuencias económicas: Por un lado, una campaña nacional para que los italianos vacacionen en el país, por el otro, lograr la apertura de las fronteras y atraer una parte del turismo internacional europeo para que elija Italia estas vacaciones.

Para el incentivo del turismo doméstico, el gobierno italiano dispuso un fondo ambicioso destinado al turismo y a la cultura. Se inyectarán 5 mil millones de euros al sector y entre  las medidas más importantes se encuentran:

• Un bono vacaciones, pensado para las familias de clase media y clase baja, que tendrá un máximo de 500 euros para familias de más de 3 personas y 150 euros para personas solas. El bono podrá ser utilizado en albergues, hoteles, campings o bed & breakfast de todo el territorio nacional. Quedan exclusos los inmuebles de Airbnb y tienen validez hasta diciembre de este año.
• Un fondo de promoción para vacacionar en el país.
• Un fondo destinado a la Cultura.
• Excepción del cobro de impuestos y tasas relativas al turismo, como el de la utilización de los espacios públicos para sectores gastronómicos o los impuestos en los establecimientos balnearios.
• Caja integración con una garantía del 80 por ciento del salario para todos aquellos trabajadores asalariados del sector y un bono de 600 a 1000 euros para los independientes.
• El lanzamiento de un servicio de streaming para la cultura y el espectáculo (el llamado Netflix de la cultura).
• El gobierno nacional erogará fondos equivalentes a las tasas turísticas que cobran los pequeños municipios para compensar las cajas públicas.

En relación al turismo internacional Italia busca concentrarse en un nodo central: los alemanes, un turismo esencial para la supervivencia de la hotelería de ciertos destinos . Todo esto siempre y cuando los números de los contagios continúen a disminuir y se logre un consenso dentro del bloque respecto a la reapertura. El 15 de junio es la fecha elegida por la Comisión Europea para decidir si se continúa o no con el cierre del espacio Schengen.

En ese sentido, un vértice de ministros de Turismo de la Unión Europea realizado unas semanas atrás, demostró que dentro del bloque aún continúan los desacuerdos. Un grupo de países encabezados por Austria, propuso la creación de corredores turísticos entre regiones y países con iguales situaciones epidemiológicas. Italia se opone a estos acuerdos bilaterales, los que considera contrarios a los valores de la UE y busca establecer un acuerdo general, con reglas claras, no sólo en materia territorial sino sobretodo, en lo referente a la economía.

Pero no todos los países piensan de la misma manera y si bien Italia abrirá sus fronteras, países como Austria que, aunque reabrirá a los turistas del 15 de junio a Suiza y Alemania, no permitirá la llegada de italianos, ni la partida de los austriacos a este país.

Si bien la Comunidad Europea esta resolviendo ayudas a los países más afectados por la crisis del Covid-19, y ya estableció algunos otros (Fondo de inversión para Pymes y un Fondo de desocupación, Sure), Italia exige un mayor compromiso con el sector turístico, en liquidez y en promoción. Estas medidas conjuntas serían necesarias para pensar en la reactivación de un turismo que tiene como característica la interconexión entre países, ayudada desde hace año por la gran expansión de los vuelos de bajo costo. El turismo representa para el bloque el 10 por ciento de su PBI, y la mitad de ese número, se produce durante el verano.

Recomendaciones

Los únicos que han aportado a la gran confusión relativa a los viajes, fueron la EASA (Agencia Europea para la seguridad aérea) y la ECDC ( el Centro Europeo para la prevención y control de enfermedades). Sus recomendaciones son una clara victoria de las aerolíneas, ya que establecen la no obligatoriedad del distanciamiento social dentro del vuelo pero dicen sí al uso de máscaras y constantes desinfecciones. Esta "recomendación" permite a las aerolíneas poder seguir operando con los aviones llenos, algo que entra en contradicción con las medidas establecidas por Italia donde se debe mantener un mínimo de un metro de distancia entre las personas.

Dentro de las recomendaciones, los entes desaconsejan además el uso de un "pasaporte de inmunidad", ya que consideran que no hay suficientes evidencias científicas para su uso, e incentivan a las compañías a dar incentivos para el cambio de billetes o reembolsos con un certificado médico, de manera de evitar que las personas concurran a los aeropuertos con alguno de los síntomas del Coronavirus de manera irresponsable, por miedo a perder el pasaje.

En las primeras semanas de junio se decidirá el futuro del verano europeo, e Italia se pone a la cabeza de esta apertura.

Durante un ciclo de conferencias sobre turismo y periodismo organizada por la Universidad Provincial de Ezeiza, hablo sobre la vuelta al turismo en Italia junto a los colegas Daniel Baronin, director del diario digital Turismo 530 y Taiana González, periodista de Hosteltur.