La galería más linda de la ciudad es un pequeño museo con obras que vale la pena descubrir y secretos para develar. Cómo caminarla sin perderse un sólo detalle.

Construida a fines del 1800 por el Comune de Milán, la galería estuvo rodeada de hechos trágicos, historias de vida fascinantes, arte y moda. Dedicada al entonces Rey del Risorgimento italiano, Vittorio Emanuele II, este monumento de uso público fue uno de los ejemplos de modernidad más cuestionados de la ciudad. Cada uno de los detalles que la componen tienen un porqué:

Arco de ingreso

La entrada principal de la galería, que da a la Plaza del Duomo, está inspirado en un Arco del triunfo y fue proyectado por el arquitecto Giuseppe Mengoni, el responsable de la creación de la Galería Vittorio Emanuele. Se puede leer sobre el arco la frase: “A Vittorio Emanuele II, i milanesi” (a Vittorio Emanuele II, los milaneses), la dedicación del pueblo de Milán al primer Rey italiano, de la casa Savoia, quien fue en encargado de unificar el país luego de tres guerras de independencia y quien puso la piedra inaugural para la construcción de la obra. Tiene 32 metros de altura.

Desde ese mismo arco, el arquitecto Mengoni caería la noche anterior a la inauguración de la galería, sin llegarse nunca a saberse si se trató de un infortunio, o un suicidio.

Arco central de la Galería Vittorio Emanuelle II

Flores

Apenas entrar en la galería puede verse en el piso unas grandes flores de vidrio. Ubicadas en toda la superficie interna y externa, estas flores permiten el paso de luz a las cantinas subterráneas que tiene la galería, permitiendo que el subsuelo esté iluminado de forma natural.

En forma de cruz

La galería tiene 4 lados y está dispuesta en forma de cruz: el brazo principal, que conecta la Plaza del Duomo con la Plaza de la Scala tiene 196,6 metros, mientras el brazo corto, 105, 1 metros. En la intersección, la cúpula octogonal de hierro y vidrio, de unos 36 metros de altura.

La galería en su parte interna tiene 3 pisos y un entrepiso y su decoración puede ser catalogada como renacentista lombarda, típica de esta zona de Italia.

Los cuatro continentes

Bajo la cúpula central de la galería, se pueden encontrar cuatro lunetas, las cuales cada una representa a cuatro continentes. Oceanía, para aquella época, no era considerado uno. ¿Cómo reconocerlos? Europa está caracterizada por una mujer de hábitos blancos junto a un hombre alado que empuña un laurel; América es una figura femenina junto a un afroamericano y un indígena; Asia por su parte, es una mujer sentada en un trono homenajeada de figuras típicas de esa zona del mundo, y África, representada con ropas egipcias, lleva en escena un león y un moro. Las lunetas tienen unos 15 metros de largo y 7 de alto.

Escudos

Son cinco los escudos realizados en el suelo con piedras y mármoles: accediendo por la entrada principal encontramos el que honra a Roma con la loba, y saliendo por el mismo brazo, el escudo de Milán. En el brazo más corto encontramos el lirio de Florencia y el de Torino representado por un toro, cada una  de ciudades que fueron en algún momento capital del Reino italiano. 

El el medio de la galería, el escudo del Rey Vittorio Emanuele II, de la casa Casa Savoia donde pueden verse los nudos marineros típicos de la casa Savoia y la sigla “F.E.R.T.”, cuyo significado es debatido todavía hoy entre los especialistas. Es el lema del Reino de Cerdeña, y algunos creen que se trata del acrónimo “Fortitudo Eius Rhodum Tenuit (en latín Su fuerza preservó a Rodas), por la que según una leyenda de la Edad Media, miembros de la casa Savoia liberaron la ciudad de Rodas de los turcos. Otros sostienen que es la derivación de la palabra Fortezza (fortaleza).

Escudo central de la Galería Vittorio Emanuele II

El Toro

“El campanilismo es una voz italiana por la que entendemos el apego ciego por la propia ciudad, por sus costumbres y tradiciones, y que puede determinar un espíritu de rivalidad bastante vivo contra las poblaciones vecinas”. Quizás debido a esto, los milaneses asumieron la extraña costumbre de pisar los testículos del toro que simboliza a Torino en el piso de la galería.

Con el pasar del tiempo, la costumbre se transformó en mito, y hoy día y noche, turistas y residentes, asumen esta chistosa misión cada vez que pasan por la galería. Según se dice por ahí, la forma correcta sería girar sobre las partes íntimas del animal utilizando el pie izquierdo, pero girando para atrás y con los ojos cerrados.

El toro que representa Torino, en la Galería Vittorio Emanuele.

El toro que representa Torino, en la Galería Vittorio Emanuele.

Algunos sostienen incluso que el que gira una vez, tendrá un poco de suerte; quien lo hace dos veces, encontrará el amor, y quien osa girar tres veces, volverá a Milán con el amor.

Negocios antiguos

El salón de Milán, como es llamada la galería, fue un punto obligado de la alta burguesía local y muchos de sus negocios, continúan abiertos desde la época de su inauguración.

El Café Camparino y el Café Biffi, son un claro ejemplo de ello, así como la pequeña pero única Librería Bocca, en cuya marquesina puede leerse el año desde la que funciona: 1776. ¿Notaron que todos los negocios deben mantener la misma estética? Letreros en negro con letras doradas, por ordenanza municipal.

Luz eléctrica

Cuando llegó la energía eléctrica a Milano, lo primero que se hizo fue iluminar esta galería, en lo que fue el primer experimento de luz en la ciudad. Se puso un faro sobre el Duomo que iluminó la galería la cual se iluminaba con lámparas de gas.

 

Una galería pública

Financiada por el Comune de Milán, el gobierno local, la Galería Vittorio Emanuele II es una verdadera gallina de los huevos de oro. En el 2019, la ciudad recaudó unos 36 millones de euros, cuatro veces más de lo que recaudaba en 2007. Para el 2020, se espera subir un poco más este número superando los 40 millones de euros. Según estimaciones actuales de la Agenzia delle Entrate, la agencia que se ocupa de las finanzas públicas, el canon de alquiler estaría en los 1850 euros el metro cuadrado.