Si tu paso por la capital lombarda tiene menos de 24 horas, te traigo un itinerario smart para que la recorras, la disfrutes y la saborees de la mejor manera.
Si contás con poco tiempo y queres recorrer Milán en un día, te cuento cuales son los imperdibles de esta ciudad maravillosa.
Antes que nada, algunos consejos a tener en cuenta:
• Aprovechando el sistema de transporte integrado, una buena opción sería comprar un pasaje de 24 horas ilimitado. El mismo funciona desde el momento que lo marcas por primera vez y te permitirá moverte de un punto a otro de la ciudad utilizando todos los medios de transporte, ahorrando tiempo y energías. El costo del billete jornalero es de 7 euros.
• Si tienes pensado entrar al Duomo, es mejor que compres el ticket de manera digital, así te ahorras las largas colas.
• Si llegas el primero o tercer martes del mes, o el primer domingo del mes, econtrarás museos con ingreso gratuito, chequea eso para aprovechar una entrada sin costo.
Un día en Milán
Por la mañana
Para aprovechar el día, indispensable levantarse temprano y visitar el Duomo de Milán. Llegar a la plaza del Duomo utilizando la Metropolitana, te permitirá tener una de las mejores imágenes de tu vida, cuando subas las escaleras para salir a la superficie.
Si llegas con un poco de anticipación, puedes aprovechar el tiempo antes que abra la catedral a las 9 y tomar un típico capuchino con una brioche, en alguno de los bares locales. Una recomendación, el Giacomo Caffé, adentro del Palazzo Reale. Abierto a partir de las 8.
A la salida del Duomo, un paseo por la Galería Vittorio Emanuele II y los alrededores, te llevarán a descubrir, el corazón mismo del centro cívico de Milán. La Plaza de la Scala, la Plaza dei Mercanti y el Corso Vittorio Emanuele, te entrendrán hasta la llegada del mediodía.
Hay dos iglesias en las inmediaciones del Duomo que vale la pena visitar: San Satiro, en Via Torino, una iglesia con un peculiar sentido de la perspectiva construído por Donato Bramante, el arquitecto más reconocido del Renacimiento milanés; y San Bernardino alle Ossa, una iglesia donde el culto a la muerte se celebraba con una decoración de calaveras humanas.
Almuerzo
Aprovechando el centro, podemos elegir alguno de los lugares de comida al paso que se encuentra en los alrededores de la Galería Vittorio Emanuele. Una pizza al trancio de Spontini, un panzerotti de Luini o algunos de los locales de Via Torino, podrían ser una buena opción. Un helado como postre mientras se camina hacia otra parte de la ciudad podría completar el almuerzo perfecto.
Tarde
Tomando via Montenapoleone, a pasos del Duomo de Milán, podemos llegar al Cuadrilátero de la Moda, donde Via della Spiga es sin dudas el epicentro de la alta costura del mundo. Siguiendo entre las calles laberínticas, nos toparemos con Brera, un barrio bohemio y colorido con callecitas empedradas que nos harán descubrir una nueva cara de la ciudad.
El Bar Brera es uno de los bares más famosos de la ciudad, cuna de intelectuales y artistas y muy concurrido por los estudiantes de Bellas Artes de la famosa Academia de Brera, ubicada allí cerca. Una pausa para un café al paso aquí nos hará descubrir el constante y elegante ir y venir de los milaneses en su vida diaria.
Luego de una vuelta por la Pinacoteca y el Huerto Botánico del museo (de ingreso gratuito) es hora de pasar a nuestro próximo lugar, la perla de Milán: el Castello Sforzesco. Con el ingreso gratuito a sus patios, este castillo medieval es de una belleza estremecedora. Del otro lado, los jardines del Parco Sempione, son ideales para un paseo en la naturaleza, con el Arco de la Paz de fondo se puede llegar al Puente de las Sirenitas: dice la leyenda que las parejas que se besan allí, jamás sufrirán de traiciones.
Noche
Empieza a anochecer, y es hora de cambiar de ambiente una vez más. Con el billete en mano, desde el Arco de la Paz se puede tomar el Tram 1, un tranvía histórico de madera que nos llevará hasta el centro, en un viaje en el tiempo. Podemos bajarnos nuevamente en Plaza della Scala para una última pasada por la Galería Vittorio Emanuele de noche, mientras nos dirigimos para via Torino.
Tomando el Tram 3, podemos hacer un par de paradas hasta las Columnas de San Lorenzo, uno de los bastiones romanos que aún quedan en pie en la ciudad. Muy cerca de allí. Volviendo a tomar el Tram 3, podemos continuar hasta Porta Ticinese, en el lugar donde inicia la Dársena, este lago artificial donde descargaban los Navigli.
Entre negocios de historietas, discos de vinilos, viejos ateliers y canales antiguos, esta parte de la ciudad es una de las más dinámicas para tomar el típico aperitivo de Milán, y cerrar la noche dando vueltas por este encantador lugar rodeado de puentes. Luego de caminar todo el día, seguramente estarás pensando en volver a tu hotel. La estación Porta Genova de la línea Verde M2 de la Metropolitana está ahí muy cerca.