¿Porqué todos giran sobre el mosaico del toro dentro de la Galeria Vittorio Emanuele? ¿Cómo es la forma correcta de hacerlo y qué significa?
Como todo mito popular, la historia que hay detrás del mosaico del toro en la Galería Vittorio Emanuele de Milán, tiene más incertezas que verdades. Lo cierto es que desde hace más de 100 años, las personas que visitan el “Salotto” de Milán, ya sea porque conocen la historia o que ven que todo el mundo lo hace, giran sobre los testículos del animal en busca de un poco de fortuna.
Son varias las leyendas que intentan explicar el origen de esta tradición. Una de ellas, quizás la más difundida, sostiene que la rivalidad entre Milán y Torino, ambas ciudades industrializadas del norte italiano, ha generado en el imaginario popular que pisar los miembros del animal es una suerte de burla hacia esa ciudad. Es posible que se idenitifique al toro con la casa real de Vittorio Emanuele, los Saboia, por lo que en clave política, esta costumbre iría en contra del entonces mandatario.
El suelo de la Galería es un hermoso mosaico de piedras de colores traídas de todas partes de Italia. Entre ellos figuran los símbolos de las ciudades más importantes del país: Milán, Turín -fue la primera capital de la Italia unificada de 1861 a 1865-, Florencia -capital de Italia hasta 1871-, y Roma, la capital en la actualidad.
El escudo de Turín representa un toro y los milanses creen que hacer piruetas sobre el toro trae buena suerte en detrimento de los piamonteses. Otras versiones sostienen que las mujeres al pisar las partes del animal, estarían llamando a la fertilidad.
¿Cómo es la forma correcta de girar en las bolas del toro? Con el pie derecho, los ojos cerrados y girando en sentido antihorario. El mito señala que quien da una vuelta, tendrá buena suerte; quien da dos, encontrará el amor y quien da tres vueltas, volverá a Milán con el amor.
Terminar con la tragedia
La siguiente versión, si bien no es muy conocida, me la ha contado un anciano que vivía muy cerca de la Galería hace algunos años, y tiene que ver con el origen trágico que tuvo el lugar. Cuando se comienza con la construcción de la Galería Vittorio Emanuele, fue necesario tirar abajo toda una serie de edificios, viejos teatros y construcciones del Siglo XIV, por lo que la sociedad se opuso rotundamente a la obra. El Comune de Milán, pese a los escándalos de corrupción por la expropiación de los lugares y los pagos con sobreprecios realizados a amigos y parientes, llevó a cabo el proyecto de todas maneras.
En medio de este descontento popular, la galería contó con muchas muertes por las condiciones de trabajo y hasta la rotura de todos sus vidrios del techo apenas colocado, tras una tormeta de granizo. La finalización del arco principal fue lo que más tiempo llevó, obstaculizada por problemas financieros y una gestión mediocre por parte de los contratistas.
Si bien la galería fue inaugurada en apenas dos años del comienzo de las obra, fue necesario realizar una segunda inauguración oficial para disfrutar del nuevo monumento en su totalidad. Sin embargo, el arquitecto Giuseppe Mengoni caerá del andamio unos días antes de la ceremonia. ¿Un accidente? ¿Un suicidio motivado por las preocupaciones financieras que conllevaba la construcción? Ni siquiera la investigación oficial abierta tras el percance pudo dar una respuesta.
En este contexto de tragedia, muerte y descontento popular, los responsables de la inauguración invitan a un conocido mentalista de la época a que recorra la galería y encuentre respuestas a tanta energía negativa. Esta persona, reconoce la pulsión de muerte dominante en el lugar y propone buscar un símbolo que hable de la vida de manera de poder estimularlo para poder cortar con la tragedia reinante. Luego de una inspección del lugar, el mentalista señala los testículos del toro como el signo definitivo de la vida dentro de la Galería Vittorio Emanuele. Según el testigo que me contó la historia, a partir de ese momento, las personas comenzaron a pisar al animal con la intención de portar vida y buenas energías al lugar.