Un especialista de infecciones del Hospital Sacco de Milán, advierte sobre un posible pico de contagios en el área metropolitana, donde los casos continúan a aumentar.
M assimo Galli, el especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Sacco expresó que “Muchas personas enfermas corren el riesgo de infectar a sus familias”.
“En determinadas situaciones, sobre todo si la infección no ha hecho pie terriblemente, es necesario hacer el máximo posible de averiguaciones epidemiológicas, sobre el contacto de las personas posiblemente infectadas. De este modo se limita la infección. La batalla de Milán, porque tendremos la batalla de Milán, se puede intentar de ganar de este modo”, sostiene Galli en relación a la falta de test para determinar la enfermedad en la población de la ciudad capital de la Lombardía.
“Tenemos que tratar de contener el problema en Milán, tenemos que estar preparados para combatir esta cosa con el máximo de la eficiencia. Tenemos que lograr coordinar y movilizar los médicos de base. Tenemos que tener la capacidad de llegar a la casa de las personas sino físicamente, al menos con un consejo, es un elemento fundamental. ¿Test a todos? No creo que sea sostenible. En algunas situaciones, en algunas condiciones, el utilizo de definiciones de la presencia o no de la infección es importante para circunscribirla después. Veamos dónde y veamos cómo, no ciertamente a todo el mundo, porque cuesta muchísimo sobre todo en recursos humanos y no es sostenible. Lo que se está haciendo a nivel de contención territorial de una parte, y de asistencia de la gente en sus casas, debe ser implementado. La batalla se gana sobre el territorio, los hospitales son una vía trasera que de otra manera vendrán sobrepasada del aumento de los enfermos”, sostuvo el médico en una entrevista para Rai.
Más enfermos que los números oficiales
Debido a que el sistema de salud está sobrepasado, no se están haciendo los controles sobre todas las personas que llaman con síntomas de Coronavirus a los médicos de base, que son los primeros en contenter a la población. De acuerdo a lo que están comunicando los médicos de familia, la región está optando por mantener a los enfermos y a sus familias, en sus casas todo lo que sea posible. Sólo en el momento en que el paciente se agrava, el sistema público lo busca en ambulancias y lo lleva al hospital, donde se le realiza el test para comprobar la enfermedad.
De esta manera, las personas pasan los días en casa con situaciones de fiebre a 39 grados, exponiendo también a sus familias. Los médicos no tienen la posibilidad de ir a visitarlos, ya que no cuentan con las medidas de seguridad necesarias. Fiorella, una jubilada de Sesto San Giovani, en diálogo telefónica con esta periodista, cuenta que su marido estuvo con fiebre y molestias intestinales en casa por cuatro días, hasta que decidieron acercarse al hospital. Allí, ingreso en terapia intensiva y se le aplicó el test del Sars-Cov2, el cual tarda 24 horas en dar los resultados. El examen dio positivo y el hombre quedó hospitalizado. Ella volvió a su casa en auto, no se le realizó el test y si bien se le dictó la cuarentena, no hubo un control sobre ello.
Ana, es española y vive en San Giuliano Milanese, siempre en la metrópoli de Milán. Su marido desde hace días presenta los síntomas. La asistencia sanitaria ha sido telefónica, y se le dictó la cuarentena a toda la familia.
Escribe el Corriere della Sera: Irven Mussi, otro médico general, estudia en via Palmanova, reflexiona: “Los casos que surgen son la punta del iceberg. El hisopo ahora se hace prácticamente solo para aquellos que van al hospital porque ya es grave. Pero los médicos generales escuchamos a tantos pacientes con síntomas más matizados que podrían ser pacientes con Covid-19. El número de enfermos, por lo tanto, no es real. Sin mencionar portadores saludables. Ya en enero notamos un extraño aumento de la neumonía intersticial, también en Milán. Los médicos todavía estamos esperando un nuevo suministro de máscaras y guantes. Me acaba de llamar un colega que tiene neumonía y tendrá que quedarse en casa. Las personas contadas en “aislamiento del hogar” son solo aquellas con un amortiguador “positivo”, pero no en condiciones graves. El ATS se está organizando con un número dedicado para contactarlos periódicamente y monitorear sus condiciones, pero se necesita personal.
Sobre la masa (y la problemática) de los pacientes “sumergidos”, concluye el profesor Massimo Galli, jefe de enfermedades infecciosas del “Sacco”: “Es difícil decir cuántos son los recuentos de virus positivos no contados. Si tomamos como referencia el número de muertes en Lombardía y lo comparamos con el de otros lugares donde se han realizado hisopos, imaginamos que hay muchas personas con infecciones que no hemos registrado y que están ayudando a propagar el virus. Tal vez ya han estado enfermos y curados. El punto sería poder reconstruir los contactos de los infectados al menos en áreas que aún no están afectadas por la epidemia, para tratar de limitar la infección. Pienso en las otras regiones, pero también en Milán, para ganar la batalla en la ciudad. ¿Abrir más laboratorios y hacer más hisopos? Para Milán es un problema que debe tenerse en cuenta “.
En la Ciudad metropolitana de Milán los contagiados al día de ayer son 1750 (200 más que ayer), de los cuales 711 están en la ciudad (79 nuevos casos). Los números, en proporción a la población, son los más bajos de la zona.
El avance al sur
En unos días entenderemos si las fuertes medidas tomadas la semana pasada para hacer que los italianos se queden en casa trabajando, dado que la incubación normalmente dura entre 5 y 7 días. Pero los expertos dicen que tomará al menos dos semanas para un cambio real. “No esperamos una disminución en los nuevos diagnósticos muy pronto – advierte Walter Ricciardi, del Comité Científico Técnico para la Protección Civil – En los próximos 7 días probablemente veremos un aumento en el norte pero no en el centro-sur“. Las regiones del norte más afectadas finalmente deberían estabilizarse la semana siguiente, el resto podría continuar aumentando. En el siguiente, el tercero, esperamos ver una disminución donde ahora son peores y una estabilización en otros lugares, dice Galli en un reportaje para La Repubblica.
Todos los esfuerzos sanitarios italianos actuales se concentran en un solo enemigo, el coronavirus. No solo, por supuesto, para tratar a los enfermos. Pero también para evitar que los carriles se conviertan en un trampolín para el contagio. En las ciudades más grandes, los hospitales se dividen entre los dedicados a la infección y los que se dedican a la actividad normal. El objetivo es concentrar a los pacientes infectados para mantener el virus dentro del recinto tanto como sea posible. Ni siquiera el aire, en los departamentos más expuestos, puede salir. La presión del ambiente se mantiene negativa: más baja que la externa para que los microbios no puedan escapar.
Italia, que es el líder de la epidemia entre los países occidentales, también está tratando de advertir al resto del mundo: “Un aumento lineal de las infecciones nos llevaría a 869 pacientes de cuidados intensivos en Lombardía para el 20 de marzo. Pero en un escenario de crecimiento exponencial, llegaríamos a 14,500. Muy por encima de nuestras capacidades de recepción”, concluye el médico.